Translate

viernes, 23 de septiembre de 2016

Las Etiquetas Son Para La Ropa!



Por mucho tiempo, creo que la mayor parte de mi vida, deje que las personas usaran sobrenombres en mi. Me etiquetaran e hicieran de mi y de mi físico una burla para ellos. El nombre que menos escuchaba cuando se referían a mi era mi propio nombre. Lo aceptaba sólo para que no me hicieran más daño del que ya en ese momento me hacían, para que ellos pensaran que no me afectaba y que yo era una persona fuerte.
Con el tiempo entendí que dejar que pasaran esas situaciones estaba mal, era incorrecto dejar que me definieran por algo externo. Ni siquiera por como era yo en mi interior, era una falta de amor propio hacia mi misma. Y para ellos Parecía que eso no importaba a la hora de desprestigiarme. Muchas veces los comentarios venían de gente que no me conocían, esos hacía que para mi no tuvieran tanta importancia. Pero lo peor venia cuando muchos de esos comentarios llegaban de los que decían ser mis amigos o muchas veces de familia, que decían ser tíos y primos que me querían. 
Yo pensaba que ellos al conocerme porque muchos me vieron nacer y me conocían desde que era una niña, solo me iban a querer, pero me equivoqué. Muchos de ellos hicieron de mi vida una tormenta cuando solo era niña.
Dedicaban su vida a molestarme a mi, cuando en realidad deberían haber gastado su tiempo que arreglar sus propias vidas.
Nadie nace etiquetando y juzgando al otro. Eso se aprende, cuando se es niño, mirando a los adultos. Y cuando nos convertimos en adultos repetimos la historia con nuestros hijos y termina siendo un circulo vicioso que no se acaba y se agranda cada vez más.
Yo no uso etiquetas, no son parte de mi vida. Me crié en un ambiente donde aprendí a respetar a las personas por lo que son, no por como se ven. Aprendí que nadie es perfecto, que no porque uno tenga más dinero que otro es más importante, que hay que respetar a todos por igual y a ser humilde. Que a mi juicio es algo que falta en esta sociedad. La amabilidad por otro lado, también es algo que nos hace falta. 
Yo intento aportar desde aquí, desde esta vitrina que no todo el mundo se da el tiempo de leer, intento poner mi granito de arena para hacer del mundo un lugar mejor, sin tanto prejuicio y mucho más amistoso.
Por eso esta página se llama "Las Etiquetas No Son Para Mi". Porque en realidad no lo son. No las uso, ni me gustan, porque en mi mundo las etiquetas son solo eso. Etiquetas que se usan para poner a los productos o a la ropa. No a las personas. 

martes, 20 de septiembre de 2016

Mi refugio.


Todos tenemos nuestro lugar. Ese donde por un instante, los problemas se van. Se alejan por un minuto y te dejan respirar. Donde las tristezas se hace más pequeñas, y los momentos de alegría se hacen más grandes.

Si la vida fuese tan fácil, esta no tendría gracia, porque muchas de nuestras lecciones, las más importantes, vienen de los momentos más desafortunados. Pero aveces la vida puede ser tan dura y difícil, que tenemos que crear nuestro propio refugio. Ese donde podemos calmarnos, podemos pensar y volver a nuestro centro para recargar las pilas que necesitamos para poder seguir aprendiendo y disfrutando de esta vida que es hermosa y agridulce. Que aveces se hace un poco injusta a nuestros ojos, cuando vemos que algo no nos resulta o no podemos avanzar.
Es tan importante crear un momento para uno. Muchos lo hacen estando solos, otros escribiendo, saliendo a caminar, escuchando música y un sin fin de cosas más. La verdad es que existen muchas maneras de hacerlo, sólo debes descubrir que es lo que más te gusta y usarlo como un pequeño escape que aveces todos necesitamos. Que es justo y necesario. Es nuestro único momento en el que podemos ser un poco egoístas (En el buen sentido de la palabra) y así podemos pensar por un minuto en nosotros. Donde solo tu cuentas e importas. No es malo hacerlo de vez en cuando, aunque sean sólo 5 minutos, créeme que te ayudarán.

"Si el problema tiene solución, no te preocupes. Si el problema NO tiene solución, no te preocupes"


jueves, 15 de septiembre de 2016

Detrás de la ventana.


Vivimos en un mundo muy distinto, con diferentes creencias,culturas y pensamientos que la mayoría de las veces no entendemos, criticamos y juzgamos solo por no pensar de igual manera. El ser un mundo tan distinto, tan desigual en algunos sentidos, es también lo que nos hace especiales. Lo puedo ver desde el lugar de donde vivo, que si miramos en este gran mundo, donde yo estoy, es un pequeño grano de arena de este desierto infinito. Pero me da la posibilidad de darme cuenta de que independiente de los distintos que seamos, existe un factor que todos sin excepción tenemos en común. 
Cuesta entenderlo, lo sé. ¿Que podría ser un factor denominador para todos lo que estamos en este mundo?. Yo se los voy a decir.
Sucede en todos los lugares de este lindo mundo, desde los más ricos hasta los más pobres, desde los países más poblados hasta lo más pequeños, no hace diferencia en raza o cultura y llega hasta el lugar más remoto. 
Es algo tan básico que sucede cuando se encienden las luces al caer la noche. 

¿Siguen sin entenderme?
Aquí va la respuesta...

Cuando la noche cae y las luces de los hogares se encienden, comenzamos a vivir en nuestro propio mundo. Donde podemos ser imperfectos sin miedo al rechazo, esas imperfecciones que queremos esconder a la luz del día cuando pretendemos ser perfectos, siendo que no serlo es lo que nos hace crear este pequeño mundo del que les hablo. Donde están esas risas que nos hace doler el estomago y que se quedan cuando hay que volver a la realidad que a no todos les gusta la mañana siguiente. 
Si miramos desde donde estamos, nos podríamos dar cuenta que detrás de cada ventana de los hogares que regularmente ves a tu alrededor, no solo en la tuya, existe un pequeño mundo, donde hay historias, tan familiares como individuales, donde hay alegría, tristeza, llantos, luchas y aveces hasta soledad.
Que se quedan ahí. En nuestra interna, en nuestra privacidad. Eso, que es una de las pocas cosas que nos hace iguales en este perfectamente imperfecto mundo, donde muchas veces nos hace falta amor y respeto. Donde esa imperfección nos hace cometer errores, pero a la vez tenemos la posibilidad de redimirnos, podemos pedir perdón, decir te amo o te quiero. y también podemos dar las gracias y podemos volver a caer en cometer un error. Pero para eso estamos, para aprender unos de otros y así poder convertirnos en mejores personas.
Así que cada vez que veas una luz encendida en el medio de la noche,recuerda que hay alguien viviendo su pequeño mundo. Que tiene algo que decir, que tiene una historia que contar tanto como tu. Ya sea triste, feliz o agridulce, pero que es una historia al fin y al cabo que no merece ser juzgada y merece ser respetada como la tuya.

Como decía antes. Este perfectamente imperfecto mundo, que nos hace tan distintos en muchos sentidos, nos hace iguales cuando cae la noche, cuando encendemos la luz y vivimos detrás de nuestra ventana, que nos hace ser dueños de nuestra propia historia. Que en ese sentido TODOS tenemos una.