Translate

jueves, 18 de enero de 2018

Ponte en mis zapatos, que yo me pongo en los tuyos.

Todos tenemos distintos pensamientos. Eso se da por hecho porque todos somos distintas personas, y nuestras opiniones son tan distintas como lo somos nosotros. Muchas veces nos va a pasar, si es que ya no nos ha pasado en que no vamos a coincidir en los temas de conversación, o muchas de las cosas que hagamos las personas no las van a entender, porque no entienden nuestros motivos.
Todos somos como somos (suena raro jaja), por un motivo en particular. 
Nadie tiene su personalidad específica por nada. La vida, sus problemas, su alegrías, van haciendo de nosotros las personas que todo el mundo conoce.
Lo que pasa es que muchas veces te juzgan por tu manera de ser, o por lo que haces o dejas de hacer, si antes darse el tiempo de ponerse en tu lugar.

Por ejemplo en mi caso. Muchas veces la gente no entiende el motivo de ciertas actitudes mías. Yo tuve un cambio. Hoy me dicen que soy fría, distante, muchas veces prácticamente para las personas tengo corazón de piedra. Eso es lo que soy para algunos. Pero se dieron el tiempo de saber el motivo por el cual soy así? Todos juzgan sin haberse puesto en mis zapatos. Sólo critican la consecuencia que dejó ese momento doloroso en mi vida, como para que yo cambiara de actitud. Y para las personas es más fácil ver mi actitud final, que querer saber de mi, tener esa empatía que tanto falta y logran entenderme en vez de juzgarme.

Como yo, hay muchas personas, con ciertas actitudes que, la vida misma, sus penas, sus alegrías y el tiempo, se las fue dando. Muchas veces no coincidimos y preferimos juzgar SIN SABER antes de sentarnos a conversar y tratar de entender al otro. Es más fácil de esa manera, es más rápida y no nos causa mayor problema.

Si a nosotros nos molesta, que nos prejuzguen, entonces porque nosotros lo hacemos con el resto?

Porque hacemos lo que no nos gusta que nos hagan?. Todos sabemos que en la vida, nos vamos a encontrar con diferentes tipos de personas, con diferentes historias. Muchas no nos van a gustar, o no vamos a estar de acuerdo en opiniones. Pero eso no nos da el derecho de juzgar ni rechazar a alguien sin saber su historia. 
Hay gente que trae heridas en su alma desde que son niños, que aún no son capaces de cerrarlas y están en proceso de (Por eso sus acciones). Hay personas en cambio, que logran cerrar su heridas, más rápido que otros y logran estar mejor (Por eso sus acciones). Y hay algunos que se creen con el derecho de juzgarnos, por lo que somos y no somos, por lo que hacemos o dejamos de hacer o por lo que nunca hicimos.
Yo no se quién les dio el derecho de creerse superiores y hablar de ti como si conocieran mejor tu vida que tu mismo. Me llega a dar risa escribirlo, porque es así. Hay gente tan entrometida (por no decir una grosería) que prefiere vivir de los dramas del otro y más encima juzgarlos, que hacer un mea culpa y revisar su propia vida, en busca de respuesta sobre sus actitudes. El porque son como son, y que los llevó a eso. Si no que prefieren ser del tipo cruel, que no tienen nada mejor que hacer, que vivir criticando al otro, sin mirar su propia historia, como si esta fuera nada más que perfección.

No hay que juzgar sólo porque no logras entender la vida o el sufrimiento del otro.

Eso es lo rico de ser todos distintos, que tenemos la posibilidad de aprender del otro. Nutrirnos de sus historias, de otras enseñanzas. Para así aprender de estas y nosotros ser mejores personas, para que después otros puedan aprender de tus historias y aprender de ti y de tus experiencias.
La empatía, el ponerse en los zapatos de otro es como dicen por ahí y en lo que realmente estoy de acuerdo. "Es escuchar con los oídos de otro, ver con los ojos de otro y sentir con el corazón del otro". Nada más fácil que eso. Y para ponerlo en práctica debemos empezar por nosotros, aprender a aceptar a los que no tienen nuestros pensamientos y lograr entenderlos, de manera que al hacer un juicio, este se haga con fundamentos, no sin saber y en la más absoluta ignorancia. 
Porque lo que para ti un tipo de problema, es como un una pequeña roca, para otros son una montaña completa. No digo que debamos estar de acuerdo con lo que piensa el otro, si no que podemos respetarlo y lograr ponernos en su lugar y no juzgar. Porque al juzgar sin saber, sólo le damos paso y un camino abierto a la ignorancia, del cual nos cuesta tanto salir por ser muchas veces tan cerrados. Porque uno no sabe como funciona la cabeza de la otra persona y cual es su nivel de fuerza a la hora de enfrentar un problema.

Sentir con el corazón del otro... 


Ojalá y más gente lo hiciera, porque la empatía, como dicen por ahí es una cualidad de nuestros sentimientos que podría definitivamente cambiar el mundo y nuestra manera de verlo.

Así que yo me pongo en tus zapatos, porque entendiendo, respetando, escuchando y no juzgando, queda de lado la ignorancia, el prejuicio y la maldad. Y le damos paso a la tan desaparecida y buscada aceptación. Que tanto necesitamos hoy en día. 
Respeto y entendimiento de que todos somos distintos. Que son nuestras historias y vivencias lo que lo prueban. Y que de eso distinto viene lo rico que tenemos cada uno. Lo importante de ser tan distintos, es que eso precisamente, nos hace a todos iguales.
Ponte en mi zapatos, inténtalo, que yo me pongo en los tuyos, quizás tengamos más en común de lo que pensamos.

domingo, 14 de enero de 2018

Yo escojo 2.0

Hace unos días, daba un paseo cibernético por mis redes sociales, cuando de un momento a otro me topo con una frase, que al principio no le encontré mucho sentido, pero que al paso de los días, esta lo cobró rápidamente.

Decía así...

"La decisión más fuerte que tomamos cada día, es tener un buen estado de ánimo".

Al principio no le encontré mucha razón, porque yo pensaba que no era nuestra elección el tener un buen ánimo o no. Si no que de las circunstancias del momento.
Pero después lo pensé y a mi gusto encuentro que tiene mucha razón. Porque a pesar de que no todos los días son buenos, es más, hay algunos que ni siquiera dan ganas de recordarlos, porque de sólo hacerlo, volvemos a pasarlo mal. Si es opción de nosotros el tener un cambio en nuestro ánimo. Si está en uno querer comenzar el día de buena manera. Sabiendo que los malos ratos, pueden venir en cualquier momento y es inevitable pasarlo mal.

Al tener una buena actitud, un buen ánimo, le cambiamos la cara al día. Lo hacemos más amigable. Aún sabiendo que  los dramas están ahí, como una sombra, pero tratando de opacarla con esta actitud. 
Porque por lo menos tenemos la disposición de poder estar bien.
Porque al levantarnos enojados con el mundo y tener una mala actitud, aparte de traer malos momentos, tener esta actitud no nos asegura para nada que nuestros problemas van a tener una solución inmediata.
Al contrario, lo único que hacemos es agregar un problema más a nuestra mochila (Ya pesada) , por ese mal humor que al final, no nos lleva a nada.

Si eres uno de los que lee y me conoces en el diario vivir, seguro me dirás ¿"Porque no todo lo que dices te lo aplicas a ti misma"?.
La verdad es que soy muy gruñona.
Los que me conocen, lo saben y me cuesta mucho andar con un ánimo óptimo todos los días. (Igual tengo mis motivos) Pero eso no me justifica a la hora de hacer mi día uno más difícil de lo que muchas veces ya es.
Por eso hoy escribo. Porque después de que leí esta frase y me hizo pensar, hago de este blog un recordatorio para mi y para el que necesite.
Tengo mis penas, mis propios problemas y muchas veces lo paso más mal que bien en muchos sentidos. Pero no todos mis días son malos. Y los que lo son, si ya están grises, no tengo para que pasarlos a negro. No lo merezco y mi entorno tampoco lo merece.

Uno no sabe cómo puede influir en la vida de otra persona. Muchas veces basta con una sola  palabra, para hacer el día de alguien uno muy bueno o un asco. Porque lamentablemente cargamos nuestros dramas con otros, cuando ellos aparte de no tener culpa, ya vienen con su propia mochila llena de problemas, como para venir nosotros y cargarla más.
Entonces, si yo salgo de mi casa con la disposición de tener una actitud adecuada. (Tampoco andar saltando en la calle) Teniendo el cuidado de no herir a nadie sólo porque yo ando triste o enojada y hacer de todo eso una mejor actitud en mi, para poder hacer de mi día y del resto uno mejor, tengo la mitad del trabajo hecho, porque saco de mi mochila y de mi carga una mala actitud. Un mal ánimo que lo único  que traería, serían malos ratos que puedo fácilmente ahorrarme y ahorrarle a otros. Cosa que es muy buena, porque es un lindo gesto de parte de uno, el preocuparse del otro. Por lo menos a mi me gustaría que lo hicieran conmigo.
Nadie dice que es fácil, es una decisión difícil... Tener buen ánimo todos los días.
Seguro que es bien difícil... Pero no imposible.
Yo escojo.

jueves, 11 de enero de 2018

El día al revés.

Todo el que me lee sabe más o menos a lo que está enfocada esta página. Soy bien defensora, de los que son a los ojos del mundo "distintos". Sea cual sea el motivo de esta diferencia, que muchas veces la gente ocupa en contra de estas personas. Me considero parte de ellas, porque mi diferencia hace que muchas personas de vez en cuando me discriminen u otras muchas veces me adoren. (Ahí ya es a gusto de la gente).
Lamentablemente este mundo se basa en etiquetas y estereotipos impuestos por personas o mayorías que creen que si no eres o tienes algunas de estas características y te sales un poco de la linea de sus prototipos, sencillamente eres discriminado. Así de fácil, sin asco no encajas, y las personas no se hacen problema en hacer que tu lo sepas, muchas veces de la peor manera posible y con la mayor humillación del mundo.

El problema es que muchos de nosotros cometemos el constante error, de querer entrar en esta sociedad ya establecida, por estos estándares que muchas veces ni siquiera nos gustan, pero los aceptamos solo para no sufrir más de la cuenta con malos ratos y humillaciones. Sólo para ser aceptados y tratar de encajar.

Así que me puse a pensar (Si, otra vez pensando!) y comencé a imaginar una situación que en realidad si fuera cierta, podríamos lejos entendernos mucho más...

Imaginen que un día (Así fantaseando) nos despertamos y todo el mundo fuese al revés?

Así de simple, todo cambia. Los estándares de belleza son distintos, hay más gente de raza negra que de raza blanca, o hubiesen más homosexuales que heterosexuales. Cambia de tal manera que los que se creen más lindos, se sentirían discriminados. Porque los que ellos llaman minoría, estarían siendo esa mayoría que no los aceptan porque no logran encajar en este nuevo estándar. Sentirían ese rechazo que muchos de nosotros muchas veces hemos sentido. Esas miradas, esos consejos que nadie pide y que en la realidad son los que ellos nos dan, sin que nosotros lo hayamos pedido.

Si existiera un día así, no creen que nos entenderíamos más?. Habría mucha más empatía, aceptación y menos prejuicios?. Porque podrían ponerse en nuestros zapatos y así entender que si somos diferentes a esos estándares que están impuestos en el mundo, primero no es culpa nuestra y no nos hace malos o rechazados. Nos hace ser personas comunes y corrientes. 
Seríamos más tolerantes, porque nos daríamos el tiempo de conocer personas que muchas veces no nos gustan, porque a nuestros ojos, son los que no les gustan.
Piénsenlo de esta manera, nosotros como personas somos todos las mismas historias con distintos matices. Personas que a los ojos de algunos son completamente opuestas, pero que en realidad pueden ser lo más parecidas del mundo, pero por nuestros prejuicios, no nos damos el tiempo de conocer. o si no de donde viene el dicho "los opuestos se atraen".

Ahora...

También existen las personas que son de esta mayoría, que también por miedo al que dirán y por miedo a tener que salirse de este circulo tan preciado del cual les costó tanto entrar, no intentan, por más que quieran conocer a una persona "distinta" a ellos. Sencillamente no gastan su tiempo con eso y prefieren, seguir en círculos superficiales, donde todos son iguales a los otros y donde la originalidad, ni siquiera es una palabra en su mundo. 
Sólo logran aceptarse entre ellos y viven en una mentira que donde lamentablemente, en secreto, se discriminan mutuamente.
Donde esconden todas sus inseguridades en molestar al otro.

Si este mundo un día fuese al revés, nos encontraríamos con tantas sorpresas. En un sólo día podríamos darnos cuenta y entenderíamos que no hay NADIE en este mundo que no sufra discriminación. Hasta el más guapo/a o el más flaco/a tienen sus defectos y tristezas. No importa el dinero que tengamos o el color de piel. El "rico" no es más que el "pobre", ni el "blanco" es más que el "negro". Sólo somos personas, con historias diferentes. No deberíamos tener sobrenombres, ni deberíamos recibir malos comentarios y menos ser humillados. Porque nadie tiene el derecho a humillarte, porque mereces querer y ser querido. Mereces el mismo respeto que todos y tienes también la obligación de respetar, porque es hacia ambos lados y para exigir respeto hay que predicar con el ejemplo. 
En vez de buscar tanto la aceptación por personas que se creen con el poder de dártela. Date el tiempo y el gusto de conocer personas diferentes a ti. Te aseguro, que las sorpresas que te vas a encontrar, sólo traen cosas buenas y aprendizaje a tu vida.

Basta con un sólo día de que todo fuera al revés y se darían cuenta de lo increíble que es ser diferentes, y que no deberían cambiar. Porque eso distinto que tenemos, tiene ese "no se qué" que llama tanto la atención. Y que mejor, que mostrarle esas diferencias al mundo en vez de esconderlas.

jueves, 4 de enero de 2018

Y si fuéramos amables?

La vida perfecta no es... Creo que hay más malos momentos en la vida, que buenos.Cuesta creer  que todo estará bien, cuando lo único que vez a tu alrededor son desafortunadas situaciones. 
Cuando eramos niños, los problemas no existían, era otro mundo, uno mas dulce e inocente. Donde muchas veces todo era juego. De esos juegos sanos, donde no había maldad, mala intención, envidia, mentiras y sufrimiento.

Hoy en día, muchos de esos niños que alguna vez fuimos, hoy somos adultos y vamos por la vida con una historia atrás, llena de sufrimientos y alegrías.

Las personas hoy no se dan el tiempo, de escuchar al otro, de preguntar como estás?. Pareciera que se nos olvido que no sólo somos los únicos que van por la vida con una mochila encima.
Se nos perdió el respeto, la tolerancia, la empatía con los demás. No tenemos, tino, para decir las cosas. Hablamos mal del otro y la mayoría de las veces lo hacemos sin saber. Sólo nos dejamos llevar por el rumor y juzgamos sin asco de hacerle daño a otro.

Muchas veces no nos damos cuenta del daño que podemos hacer. Podemos arruinarle el día a alguien por algo de lo que ni siquiera tiene culpa, solo tuvo la mala fortuna de encontrarse contigo en TU mal día y no en SU mal día.

Es mucho peso demás para agregarle a nuestra mochila, saber que le hacemos daño a alguien. Hace que nuestros sentimientos sean cada vez más pesados y nos cueste más salir de ese estado.
No cuesta nada ser amable, las personas no tienen la culpa si un día tu te levantaste con el pie izquierdo. El mundo no es culpable, si tienes rabia porque se te quebró una uña (Dolor interno, pero no culpo al resto) o porque pisamos caca de perro (Esa es culpa nuestra, corre por parte de nosotros). 
Si fuéramos un poquito más amables, por lo menos lo intentáramos. Si escucháramos más y habláramos menos. Podríamos darnos cuenta, que todo el mundo lleva sus penitas dentro y que esas mismas personas no tienen la culpa de las nuestras, y es por eso es que no deberían pagar el precio de ellas.
Al ser amables con las demás personas, nos estamos enseñando a ser amables con nosotros mismos, y a la vez le enseñamos a otros a poder serlo también. 

Los momentos más difíciles para ser amables con otros, son cuando nosotros estamos mal, cuando estamos teniendo un mal día y queremos culpar y condenar al mundo. Es en ese momento cuando ser amable con otros, sólo nos hace sentir mejor a nosotros y nos hacer ser mejores personas, porque logramos aprender a separar las cosas y logramos entender, que el mundo no es culpable de muchos de nuestros problemas. Eso nos hace crecer y nos hace ser mejores. 
Hacemos un bien, al entregarle al mundo un poquito más de respeto y amabilidad.
Valores que con el tiempo se han perdido, pero que no son imposibles de recuperar. Porque quizás los sentimientos de los otros no signifiquen mucho en tu vida, pero en la vida de ellos lo son todo, y no somos quien para pisotearlos. 
Así que antes de tratar mal a otro porque TU estás teniendo un mal día, ocupemos la cabeza y no el estómago para hablar. Ese es un mal que lamentablemente muchos no logran controlarlo.
Ojalá y logremos darnos cuenta que los otros también pueden estar teniendo un mal día y no necesitan más malos ratos encima de los que no les corresponden.