Ese escape del que hablo, puede ser lo que sea que a ti te guste y te tranquilice. Lo que sea que baje tus revoluciones y te ayude a desahogar todo lo que llevas dentro. En mi caso existen dos escapes. La música y la escritura. Siento que la música es algo necesario, la vida es mejor con música. Podemos llorar, reír, celebrar y sufrir. Por eso sirve (en mi caso) para poder respirar...
Escribir también me ayuda. A decir verdad, ayuda mucho, por algo lo hago en estos momentos, hoy es uno de esos días, en los cuales necesito botar, necesito un desahogo y escribir y decir lo que me pasa, me ayuda a expresar para quienes lo necesitan.
Todos sabemos que la vida es difícil, pero nosotros somos más fuertes, no lo somos todos los días, pero por lo menos lo intentamos. Por eso es bueno saber hasta que punto aguantar y de ahí saber como hacer para volver a recargarnos.
Tenemos todo el permiso para hacerlo, porque lo merecemos, porque lo necesitamos y porque es necesario.
Muchas veces estamos tan preocupados de los demás y de sus problemas que rebalsamos nuestro vaso propio y no nos damos cuenta que nosotros también valemos y necesitamos un tiempo.
Para poder estar bien con el resto, primero hay que estar bien con uno mismo, no dejemos que nuestras penas nos ahoguen. Si eres de los que no habla mucho, intenta con lo que hago yo, o busca una alternativa que a ti te haga bien, sea cual sea, mientras haga que te tranquilices.
Porque tu importas, tu vales y eres querido. Que eso no se te olvide...